URGENTE
CAMBIO EN MERCADO FARMACEUTICO
Ernesto Benado.
Hubo una época
que en Chile solo había farmacias independientes y se exigía que entre
una y otra hubiera una distancia prudente. Los niños celebrábamos las visitas a una farmacia del
centro de Santiago, en la que se ofrecía gratuitamente una copita pequeña de vino añejo a los clientes.
Algunas grandes droguerías que hacían de
distribuidoras de los medicamentos compraban al por mayor a los laboratorios y
hacían el reparto de lo que iba faltando. Una gran farmacia estatal de la Asistencia Pública,
ubicada en la calle San Francisco, estaba abierta las 24 horas del día y surtía
las “urgencias”.
Esos tiempos se fueron y ahora tres
cadenas farmacéuticas controlan más del
90 por ciento de las ventas y las farmacias independientes están en crisis.
Cada cadena tiene su propia central de compras y de distribución, además se
entiende con los laboratorios nacionales y extranjeros, en una relación de
proveedor con gran comprador, que no es fácil de transparentar.
La última noticia en el sector es la adquisición de la cadena
de cosméticos y perfumería PREUNIC por la cadena farmacéutica Salcobrand , asimismo Cruz Verde adquirió la cadena Maicao .Es un
hecho comprobado que ambos mercados son complementarios y que quien entra una
farmacia a comprar un medicamento, compra además jabones, pastas dentífricas y
una cantidad de otros productos.
Al mercado reconocido de US 1300 millones de
dólares anuales en medicamentos debemos
sumar los 2.200 millones en cosméticos,
que hacen un total 3.500 millones de consumo al año.
La propuesta del Gobierno y de algunos parlamentarios de autorizar la
venta de medicamentos que no requieren recetas y de los que llamamos productos para farmacéuticos, no representará ninguna ventaja para los pacientes y para los
consumidores en general .Más bien provocará un aumento de los precios de las
medicinas que sólo se venden con receta. ¿Por qué?
Supongamos que un 30% de las ventas combinadas
actuales de las farmacias entre medicamentos sin recetas y cosméticos se desplaza a los supermercados
¿qué pasará en las farmacias integradas
en cadenas al disminuir su cifra
de ventas? Hay una respuesta que es obvia: van a alzar los precios de los
medicamentos con recetas en los cuales son los únicos autorizados para vender.
En muchos lugares de Santiago y las ciudades grandes de Chile, hay varias farmacias por barrio. A veces hasta
tres en una cuadra. ¿Cuál es el costo de mantener ese sistema absurdo de
comercialización basado en que los compradores casi no tengan que caminar para
llegar a una farmacia?¿O qué sólo lo hagan al pasar por una vía céntrica?
Primero está
el pago de arriendo en lugares aptos y preferentes para la comercialización. Según
entendidos, hasta un 40 % de los gastos generales de una farmacia céntrica se
van en pagar arriendo.
Además
está el pago de remuneraciones a un profesional farmacéutico por
establecimiento, al que hay que agregar una cantidad de vendedores que atienden
indistintamente la venta de medicamentos y de
cosméticos. Número de vendedores que hay que mantener para las horas de máxima demanda,
pues las colas alejan a los
consumidores.
Y finalmente está el costo de mantener un stock de varios miles de medicamentos, distribuidos
en más de tres mil establecimientos,
costo de inventario que no es despreciable.
Como resultado
estos factores están encareciendo el precio de medicinas que la población necesita en forma
indispensable y que a veces determinan la sobrevivencia de pacientes enfermos y
crónicos.
Se hace urgente modificar este sistema absurdo y antieconómico que recarga a los pacientes y usuarios con
costos innecesarios fomentando además la colusión de los precios.
En Francia y España, sólo hay farmacias
independientes que venden las medicinas recetadas a los pacientes adscritos a la seguridad
pública, a precios regulados muy económicos.
En Inglaterra hay una cadena principal y
farmacias independientes. Los precios de los medicamentos recetados son
regulados por el sistema de salud pública y a precios económicos.
Es en EE.UU. donde está el sistema más
complejo, hay una o dos cadenas de farmacias en las ciudades principales. Pero
esas cadenas tienen grandes establecimientos, a veces verdaderos supermercados en que se venden
además de todos los artículos para farmacéuticos, alimentos, bebidas y comidas
preparadas .En una parte separada del gran establecimiento hay una farmacia que
sólo vende medicamentos recetados por médicos en formularios de recetas
oficiales. Eso permite compartir los gastos generales de la farmacia con los
del establecimiento comercial, rebajando sustancialmente los precios.
Agreguemos a eso que una parte considerable de los artículos para farmacéuticos
y los sin receta se pueden comprar por
Internet, y llegan con un recargo pequeño a la casa del usuario.
En Chile tenemos que avanzar con urgencia hacia uno de esos sistemas o ,
alternativamente ,crear una red de farmacias públicas al interior de
establecimientos hospitalarios y consultorios en que se vendan a precios
regulados los medicamentos recetados tanto a los adherentes a FONASA como a las ISAPRES y público
en general. No dejar de considerar que a
los niveles de ingreso promedio por persona que alcanza Chile se hace
indispensable que tanto los planes de las ISAPRES como los de FONASA, incluyan
el suministro a los pacientes de los medicamentos recetados por los médicos.
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