martes, 22 de junio de 2010

GOBIERNO BACHELET

Algunas reflexiones sobre el Gobierno Bachelet
Ernesto Benado

Francisco Vidal nos ha entregado valiosos antecedentes acerca de los conflictos internos del pasado Gobierno. Ello nos permite iniciar un análisis sobre los errores cometidos, aunque aún faltan elementos para completar el cuadro, tales como la visión de los integrantes del “segundo piso”.

Al respecto, sólo se conocen algunos detalles anecdóticos, como la relación de este grupo de asesores con los ministros. Alejandro Ferreiro, como Ministro de Economía, se quejó en privado del repetido maltrato de Juan Carvajal hacia él y el resto del Gabinete, llegando a declarar que ansiaba el momento de terminar con su responsabilidad. ¿Fue este un caso de antipatía personal? ¿O el estilo del ejercicio del poder de esos asesores? ¿Tenían ese mismo poder los amigos de juventud de la Presidenta y de su exilio en la RDA? ¿Particularmente Camilo Escalona quien la proyectó como Ministra y candidata?. Las recientes declaraciones del ex Ministro de Educación Sr. Martin Zilic en que afirma que la verdadera causa de su obligada renuncia fue el conflicto con el Sr. Carvajal quien quería obligarlo a contratar más funcionarios en el área de comunicaciones, confirman la tesis de la excesiva ingerencia del segundo piso.

Vidal se refiere en su entrevista a tres elementos del Gobierno Bachelet:
a la preponderancia del equipo Expansiva y su responsabilidad frente a las decisiones tecnocráticas tomadas en el período; a la no implementación del tren al Sur; y a la puesta en marcha del Transantiago antes de tiempo.

La incorporación del grupo Expansiva al gobierno ha sido explicada en privado por la ex Presidenta a un grupo de sus amigas más cercanas. Cuando vio que se perfilaba como futura presidenta de la República, llamó a los cuatro partidos de la Concertación y les pidió los respectivos programas de gobierno que le propondrían. Afirma que ninguno de los partidos tenía nada preparado y que sólo le prometieron estudiarlo. Sin embargo, cuando hizo la misma consulta a Expansiva, le ofrecieron algunas medidas muy concretas y alcanzables, entre ellas, la red de guarderías infantiles, la pensión solidaria y la ampliación del Plan Auge. Coincidió con dichas ideas por lo cual decidió darles una participación importante en su Primer Gabinete.

En otras palabras, la responsabilidad por la participación de Expansiva en el Gobierno de Bachelet corresponde a la incapacidad de los partidos de la Concertación de proponer medidas programáticas. Por otra parte, también a la personalidad de la ex Presidenta de confiar más en las asesorías, que en sus propias “tincadas” para tomar decisiones fundamentales.

Expansiva controló directamente en la primera etapa del Gobierno la Economía, Energía y Obras Públicas. Cuando se lanza el Transantiago, para evitar el pago de una multa, los partidos políticos piden una mayor injerencia, disminuyendo la preeminencia de Expansiva.
La Presidenta estuvo dispuesta a hacerlo, pero sin tocar al Ministro de Hacienda Andrés Velasco. A partir de ese momento, el poder del Ministro de Hacienda se impone sobre el resto del Gabinete, tomando el control de las principales decisiones. Este poder personal, junto al poder que ya tenía la estructura de la Dirección de Presupuesto, explican todo lo ocurrido posteriormente en el plano de las finanzas públicas.

Vidal se refiere a esta estructura cuando afirma: “La sectorialista de la Dirección de Presupuestos tenía mucho más poder que yo como Ministro de Defensa y que el Subsecretario”.

En efecto, el sectorialista de cada Ministerio o Servicio es soberano, posee todo el poder que le entrega el Director de Presupuesto, y su tarea fundamental es gastar poco, independientemente del contenido de las propuestas. Tiene el derecho a modificar, interrumpir o rechazar proyectos. Así, “por falta de recursos” mueren infinitas buenas iniciativas sectoriales cuya esencia muchas veces el sectorialista no es capaz de entender.

La Dirección de Presupuestos trabaja con calma, el tiempo funciona a su favor, porque el objetivo es no gastar, por lo tanto si un sectorialista está enfermo o en vacaciones el sector queda sin atención. Cada sector tiene que lidiar con todo tipo de atrasos para obtener un Decreto o la aprobación de una reformulación presupuestaria, documentos que deben pasar por un número importante de firmas y Oficinas de Partes. Esto se hace dramático en el mes de diciembre cuando días del funcionario, días administrativos atrasados y Navidades atentan contra los últimos gastos del cierre del año. Pero el tiempo perdido no puede recuperarse y debido a ello muchos proyectos de inversión aprobados sólo se pueden empezar a ejecutar a mediados de año.

Sobre el tren al Sur, dice Vidal: “el Plan Trienal que dejó el Presidente Lagos se guardó y no se hizo” y la Presidenta se enteró un año después… Resulta curioso que en un gobierno baste esconder un proyecto de trascendencia para millones de personas, para que no se haga. Al parecer hubo una falla grave en la cadena de mando que encabezaba la Presidente de la República.

Está claro que aún tenemos mucho que discutir sobre los errores cometidos y ojalá otros personeros del régimen puedan abrir a la ciudadanía todos los elementos desconocidos para realizar una discusión abierta y profunda.


20 de Junio 2010

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