jueves, 12 de febrero de 2015

CAMILO ¿un caso clínico?


CAMILO: ¿un caso clínico?
Se entiende que quiera volver a ser Presidente del PS y ganar la elección interna.
Mal que mal es fuera del partido donde no le ha ido bien. Está entre las tres figuras políticas que genera más rechazo en el público. ¿Será solo  porque tiene el seño muy adusto en las fotos?
Pero ¿por qué escribe casi a diario artículos sobre los más variados temas ninguno de ellos con cierta profundidad? ¿Estará mal  aconsejado por una periodista cercana? A sus notas se suman entrevistas a página completa en El Mercurio, La Tercera y últimamente  en la revista Caras del 30 de Diciembre. En ésta se declara alumno del “maestro Clodomiro Almeyda Medina”, quien no lo apreciaba especialmente y se lanza contra  los integrantes del gobierno que quieren hacer todos los cambios prometidos de golpe. Precisamente es lo que han aconsejado los que entienden de política: para terminar con la incertidumbre hay que hacer los cambios con rapidez, pues la incertidumbre altera la economía y desestabiliza el gobierno. Como guinda de la torta , hace unos días en uno de sus habituales comentarios , le hizo un llamado a la UDI para que se disuelva como partido políticos ¡como si él fuera el llamado a aconsejar a los empresarios y a la derecha para  la defensa de sus intereses .!
Hace unos años  un grupo  de periodistas socialistas  de la Nueva Izquierda  lo sometieron a una prueba de conocimientos en temas de alto valor político para ver en cuantos estaba  bien preparado.
Resultado: sólo dominaba un tema de relevancia: los derechos humanos.
Desde entonces ha hecho muchos esfuerzos por  perfeccionarse, especialmente en el área económica. Participó activamente en la comisión de Hacienda del Senado  y discutió  8 proyectos de Presupuesto de la Nación. No queda claro que su fuerte sea la economía..
¿Que lo impulsa a superarse constantemente , a ser duro de matar , como si tuviera un destino predestinado fuera del PS? Declara, “ Como dice mi  señora , soy igual a Bruce Willis”
El año 92 , cuando fuera  elegido presidente del PS , en casa de una querida compañera que ahora ya no es de la Nueva Izquierda , se celebró su cumpleaños y por primera vez  alguien empezó a corear : ¡se siente, se siente , Camilo Presidente!
Desde entonces, él se siente candidato a la Presidencia de la República. Y ninguno de sus tropiezos lo ha hecho abandonar esa aspiración.
Algunos de sus compañeros de ruta en el PS , muy bien preparados y con carreras políticas prometedoras como Luis Maira , Jorge Arrate y Jaime Gazmuri , se dieron oportunamente cuenta que el tiempo no estaba para ellos y se retiraron , a su pesar, de esa difícil carrera. Aceptaron ser embajadores.
En estos más de 20 años, Camilo  ha enfrentado  el tiempo de los presidentes DC , el tiempo de  Ricardo Lagos  y finalmente el doble tiempo de Michelle Bachelet , quien lo reemplazó  inesperadamente  como candidata socialista. Tuvo el mérito de apoyarla en su primer período.
Cuando Frei, el candidato DC. ,fue derrotado por Piñera, pareció que ahora sí  le tocaba el turno , pero la popularidad creciente de Michelle le volvió a cerrar el camino. ¿Será este su momento?
Camilo  sabe que su candidatura debe ser aceptada por la DC. y que ahora  deberá apoyar a un candidato de ese partido ,pues  acercándose a ellos , tal vez pueda pedirles reciprocidad para 2021.
¿Alguna falla en ese razonamiento?
La candidatura de Michelle apoyada por la Nueva Mayoría fue y está siendo un proyecto colectivo en el cual varias reformas  estructurales están destinadas a cambiar puntos básicos  del modelo económico y social del país .Nunca más un proyecto de izquierda podrá presentarse sin un programa  afirmativo: “queremos esto, esto y eso”. Pasó la hora de mi General Ibáñez, como un líder  unipersonal y sin programa.
Entonces ¿Cuál sería el Programa o el conjunto de propuestas que apoya Camilo?
¿Renacionalizar el cobre?, ¿Profundizar la autonomía regional? ¿Cambiar la Constitución? ¿Modificar el sistema de pensiones? ¿Mejorar la salud pública? ¿Reindustrializar  Chile?
Sobre ninguno de estos temas se conoce su posición en términos positivos. El escribe sobre la igualdad, un concepto muy amplio  que debe llenarse de contenido. ¿En qué forma?
¿Aumentando el impuesto a los ricos?
¿Disminuyendo el IVA a los alimentos?
¿Impulsando la movilidad social?
¿Terminando con la segregación de las poblaciones?
No hay respuestas. Alguien parece que le aconseja no definirse en público sobre temas controversiales.
Su plan hasta ahora es muy simple y revelador: Primero ganar la elección en el PS y restablecer su dominio sobre la militancia y los parlamentarios. Si él vuelve a decidir quiénes pueden ser candidatos a cargos de elección y quienes pueden ser nominados en los cargos de gobierno volverá a tener el control total. Con eso podrá asegurar el apoyo del socialismo al candidato Demócrata Cristiano a la Presidencia en el 2017, aunque éste no esté aún designado. Será la ocasión de firmar un pacto de reciprocidad para el 2021.
También ahí tiene una falla de fondo. La figura de Isabel Allende  tiene una gran ventaja sobre él en la opinión pública. No provoca rechazo  y es la figura política mejor evaluada como Presidenta del Senado. Suponiendo que la elección interna en el PS no está decidida y que él le gane y pueda reimponer su ruta prefijada ¿cómo quedará entre la gente del pueblo  y aún en su propio partido, por haber derrotado a la hija de Salvador Allende, quien está bien evaluada como futura  candidata a la Presidencia de la República? Es el dilema que enfrenta  la compañera Bachelet, quien ya pasó por el trauma de tener que entregar  la banda presidencial  a un candidato de derecha al final de su periodo.
Cuando una persona se convierte en un caso clínico, es el momento de ir a consultar al médico. 

EBR    27/I/2015

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